Estilo artístico propio de Europa occidental entre los siglos XI y XII, estrechamente vinculado al florecimiento de los monasterios y al aumento de los intercambios culturales a través de las rutas de peregrinación. Supone la aparición del primer arte común a Europa desde época romana y es deudor del arte bizantino, adaptado a un contexto menos próspero y refinado.
En arquitectura, se caracteriza por recuperar el arco de medio punto y las bóvedas de cañón y de arista, el empleo de muros gruesos y escasos vanos (poca luminosidad), con un desarrollo más horizontal que vertical de las construcciones.
Los templos se llenan de esculturas y pinturas con finalidad didáctica y decorativa. Estas tienen temática fundamentalmente religiosa, frecuentemente mezclada con temas paganos en lugares marginales (destacan los bestiarios en los capiteles).
Las representaciones son poco realistas, predomina el hieratismo, la rigidez y ausencia de perspectiva. No se busca representar la realidad tal cual, ni los detalles, sino transmitir el concepto; es por ello que abundan los símbolos (crismón, agnus dei, etc). En pintura, los colores son vivos y planos, habitualmente separados por una líena negra.
ROMÁNICO